domingo, 16 de junio de 2013

Datos objetivos

Nuestro trabajo se basa en datos objetivos, para ello se registra de manera sistemática cada respuesta del niño sea correcta o no. Estos datos se anotan en gráficas que nos permiten tener una visión objetiva y global de la ejecución del niño en cada programa y de esta forma, podemos analizar si el niño mejora o no en la adquisición de cada habilidad. 



En caso de que el niño no muestre avances en un programa determinado, los datos nos ayudarán a buscar otro procedimiento que ayude a lograr una mejora en su ejecución. 
Si los datos muestran que el niño está aprendiendo y que ha adquirido el criterio de meta pasamos a enseñar un paso más complejo dentro de esa habilidad objetivo, por ejemplo, si el niño ha aprendido a realizar juego de construcción de 6 piezas pasaremos a entrenar la realización de construcciones de 8 piezas. 
El concepto de criterio de meta se refiere a la adquisición de un objetivo dentro de la habilidad que estemos trabajando, consideramos que un niño tiene un objetivo cuando lo realiza correctamente un 90% de las oportunidades de respuesta en dos sesiones consecutivas. Por ejemplo, si estamos entrenando la habilidad de imitación y el niño obtiene un 90% en dos sesiones consecutivas en el conjunto objetivo (tocar nariz, aplaudir y dar un beso), se considerará por aprendido. 
A continuación, se realizará la generalización de dicho conjunto objetivo, en este caso, con una persona que no haya formado parte de la enseñanza. Para considerar la generalización como óptima se deberá obtener como mínimo un 80% de respuestas correctas. 

La habilidad se dará por aprendida cuando el niño obtenga en un pre-test un 90% de respuestas correctas, en cualquier conjunto objetivo nunca antes entrenado. Un pre-test es una prueba en la que evaluamos sin ayudas y sin pistas si el niño tiene una habilidad y por lo tanto la ha generalizado.

sábado, 8 de junio de 2013

Experiencia de una terapeuta ABA

Aunque parezca un tópico, entrar en contacto con ABA cambio mi vida!!!. Parece una afirmación muy drástica, pero fue lo que ocurrió. Aunque soy licenciada en Psicología, trabajaba en un banco y aburrida de mi trabajo, decidí buscar algo relacionado con mi carrera, y entonces llego ABA…

Encontré un master que formaba en terapia ABA para niños con trastornos del desarrollo y decidí probar, y ahí encontré lo que quería hacer. Durante el tiempo de prácticas me fui dando cuenta de cómo realmente se van consiguiendo avances día a día, como los niños mejoran aunque con mucho trabajo y mucha tenacidad.

Una de las cosas que más me convenció de esta terapia es como se individualiza para cada niño en función de sus habilidades, no hay recetas, ni nos interesan las etiquetas, para empezar a trabajar con un niño solo nos interesa que habilidades tiene y cuales no y en función de eso preparar un itinerario personalizado.

Como tanto el niño como la terapia en sí están en constante cambio para adaptarse a los avances, es importante tratar de que el niño esté constantemente motivado, lo que hará que produzca un progreso positivo, que a su vez motiva a los terapeutas y a los padres que ven como su hijo mejora.

La terapia ABA es mucho trabajo, constancia y máxima implicación por parte de todos, pero también es motivación y alegría cuando vamos consiguiendo los objetivos, como cuando un niño dice su primera palabra o hace su primer puzzle.

                                                                                                         Celia Villoslada Díaz de Rojas