martes, 20 de junio de 2017

Nos vamos a la piscina

Ya estamos en verano y el cole ha finalizado por lo que podremos aprovechar el tiempo de ocio para realizar juegos en la piscina. A la mayoría de los niñ@s les encanta el agua, por lo que es una oportunidad estupenda para mantener habilidades aprendidas y enseñar juegos nuevos.

A continuación, les indicaremos unos consejos para tener un día divertido en la piscina, de una manera organizada y estructurada intercalando actividades de atención, de autonomía y de tiempos de espera, entre otras muchas cosas.

1- Prepararnos para ir a la piscina: A través de una agenda pondremos las diferentes imágenes de las actividades que haremos en la actividad de ir a la piscina. Por ejemplo: foto de desvestir, del bañador, de la crema solar, de los juegos que se realizarán, de la merienda que se comerá, de los cambios en el vestuario y de la finalización de la actividad.


2- Haciéndole participe: Hacer al niñ@ partícipe en la puesta del bañador como de la crema, en la elección de los juegos que se jugarán en ella, de llevar su mochila con sus pertenencias, etc..., de esa manera trabajaremos habilidades de autonomía, habrán menos esperas y evitaremos nerviosismo o incluso alguna rabieta.


3- Realizando los diferentes juegos: Los juegos se pueden dividir en dos grupos: juegos dentro del agua y fuera del agua. De esta manera, enseñamos al niño que estar en la piscina no solo es estar dentro del agua, hay muchas actividades que si el entorno lo permite se pueden realizar. Se irán realizando los juegos y las actividades que se han propuesto en la agenda, recogiendo cada juego y el material una vez finalizada la actividad. Idear diferentes juegos (con los materiales de un juego se pueden inventar otros juegos) y realizarlos de forma variada, para que no ocasione aburrimiento. No olvidéis de señalar cuando se termina una actividad.

Juegos que podéis realizar:

- Juego de anillas: Este juego es por turnos, debéis introducir las anillas en un palo, si no la introducís tenéis que recoger la anilla y esperar vuestro turno. Este juego lo podéis realizar fuera del agua pero también dentro de agua, por ejemplo, tirar las anillas a la piscina y ver quien recoge más anillas.

- Juegos con portería o canasta: Con estos juegos podéis hacer más gente partícipe y realizar diferentes juegos con las normas que queráis. 

- Juegos de las pelotas: Consiste en ir a buscar las pelotas que se encuentran dentro de la piscina y colocarlas fuera en una caja. Con las mismas si el niño discrimina los colores, podéis poner la norma de que tiene que buscar las pelotas que sean de color rojo.

4- Termina la actividad de piscina: Colocar en la agenda la finalización de la actividad con una imagen. Una vez que toque dicha imagen, recogeremos todas nuestras pertenencias y juegos y nos iremos a casa tras pasar una tarde muy divertida. 

Tras repetir este sistema varias veces los niños lo adquieren como rutina y se adaptan sin dificultad. 

Idear diferentes juegos, poneros el bañador y a la piscina!!!!

Cualquier duda, contactar con un profesional cualificado.

lunes, 12 de junio de 2017

¿Qué campamento elegir?


Llegadas estas fechas, sois muchas las familias que necesitáis que vuestros hijos tengan alguna actividad que cubra las horas en las que estáis trabajando hasta que lleguen vuestras ansiadas vacaciones. La opción más solicitada es la de los "Campamentos urbanos", en ella, vuestros hijos están atendidos y realizan actividades diferentes a las del resto del año.

Ahora bien ¿qué hago con mi hijo/a que tiene TEA?, ¿estará bien atendido? ¿hay campamentos específicos o le puedo llevar a cualquiera? 

Dejando a un lado las circunstancias personales, económicas y demás, a continuación os dejamos nuestras recomendaciones a la hora de decantaros por uno u otro:

- Pensad ante todo en el niño/a y buscar un campamento que se adapte a él/ella y no viceversa. Es decir, antes de elegir uno específico o de integración, valoremos cuales son las actividades que ofertan y si nuestro hijo/a va a estar cómodo realizándolas. 

- Elegir aquel que se preocupe de conocer a vuestro hijo/a.

- Informar sobre: qué le gusta, qué no le gusta y que le molesta y que no. Las personas que se van a hacer cargo de vuestros hijos/as deben conocer si tienen o no conductas disruptivas, y que las puede provocar, si hay hipersensibilidad o hiposensibilidad sensorial, si son o no verbales, si utilizan algún sistema de comunicación alternativo y/o aumentativo, en definitiva, si va a estar con personas que no le conocen, debéis hacer una descripción lo más detallada posible de vuestro hijo/a.

- Toda esta información, sería recomendable que la organización del campamento la tuviera lo antes posible, el fin no es otro que poder así ajustar la programación y los ratios de personal en función de las necesidades que presenten los niños/as. Además de poder trabajar la anticipación y estar preparados para evitar acontecimientos inesperados.

- Un buen campamento sería aquel que se encargara de: 
  • Potenciar habilidades: por ejemplo, si vuestro hijo/a es bueno en psicomotricidad gruesa, por ejemplo, estaría muy bien que aprendiera (si no sabe ya) a montar en bici o mejorara en esta habilidad. 
  • Trabajar déficits: Por ejemplo, si vuestro hijo/a no se le dan bien las relaciones sociales, estaría bien uno de integración en el que poder interaccionar con iguales de desarrollo típico.
  • Aprovechar intereses: Por ejemplo, si a vuestro hijo/a le encanta bañarse en la piscina, hay campamentos que incluyen días en piscina. Hay que buscar cosas que les motiven.
Por último, reseñar que si es necesario, la organización del campamento, debe de estar dispuesta a realizar todas las adaptaciones que sean necesarias: uso de apoyos visuales, pictogramas, historias sociales, etc... que ayuden a vuestro hijo/a a sacar el máximo partido de su campamento.

martes, 6 de junio de 2017

Qué nos pediría un niño con autismo (Àngel Rivière)

Ángel Rivière ha sido uno de los psicólogos españoles especializados en autismo más destacados a nivel internacional. Fue catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid, entre otros muchos cargos. Su legado comprende numerosos estudios y publicaciones acerca de los TEA (trastornos del espectro autista), y lo que es más importante, una nueva perspectiva, más humana y próxima, desde la que entender, tratar y vivir con un niño con TEA.

A continuación se exponen sus conocidos 20 postulados que nos diría un niño con autismo:

1- Ayúdame a comprender. Organiza mi mundo y facilítame que anticipe lo que va a suceder. Dame orden, estructura mi mundo y evítame el caos.

2- No te angusties conmigo, porque me angustio. Respeta mi ritmo. Siempre podrás relacionarte conmigo si comprendes mis necesidades y mi modo especial de entender la realidad. No te deprimas, lo normal es que avance y me desarrolle cada vez más.

3- No me hables demasiado, ni demasiado deprisa. Las palabras son “aire” que no pesa para ti, pero pueden ser una carga muy pesada para mí. Muchas veces  no son la mejor manera de relacionarte conmigo.

4- Como otros niños. Como otros adultos, necesito compartir el placer y me gusta hacer bien las cosas, aunque no siempre lo consiga. Hazme saber, de algún modo, cuando he hecho las cosas bien y ayúdame a hacerlas sin fallos. Cuando tengo demasiados fallos me sucede lo que a ti: me irrito y termino por negarme a hacer las cosas.

5- Necesito más orden y anticipación en las acciones. Tendremos que negociar mis rituales  para poder convivir.

6-Me resulta difícil comprender el sentido de muchas de las cosas que me piden que haga. Ayúdame a entenderlo. Trata de pedirme cosas que puedan tener un sentido concreto y descifrable para mí. No permitas que me aburra o permanezca inactivo. 

7-No me invadas excesivamente. A veces, las personas sois demasiado imprevisibles, demasiado ruidosas, demasiado estimulantes. Respeta las distancias que necesito, pero sin dejarme solo. 

8- Lo que hago no es contra ti. Cuando tengo una rabieta o me golpeo, si destruyo algo o me muevo en exceso, cuando me es difícil atender o hacer lo que me pides, no estoy tratando de hacerte daño. Ya que tengo un problema de intenciones, ¡no me atribuyas malas intenciones!.

9- Mi desarrollo no es absurdo, aunque no sea fácil de entender. Tiene su propia lógica y muchas de las conductas que llamáis "alteradas" son formas de enfrentar el mundo desde mi especial forma de ser y percibir. Haz un esfuerzo por comprenderme.

10- Las otras personas sois demasiado complicadas. Mi mundo no es complejo y cerrado, sino simple. Aunque te parezca extraño lo que te digo, mi mundo es tan abierto, tan sin tapujos ni mentiras, tan ingenuamente expuesto a los demás, que resulta difícil penetrar en él. No vivo en una "fortaleza vacía", sino en una llanura tan abierta que puede parecer inaccesible. Tengo mucha menos complicación que las personas que os consideráis normales.

11- No me pidas siempre las mismas cosas ni me exijas las mismas rutinas. No tienes que tener tú autismo para ayudarme. El que tiene autismo soy yo, ¡no tú!.

12- No sólo tengo autismo. También soy un niño, un adolescente, o un adulto. Comparto muchas cosas de los niños, adolescentes o adultos a los que llamáis "normales". Me gusta jugar y divertirme, quiero a mis padres y a las personas cercanas, me siento satisfecho cuando hago las cosas bien. Es más lo que compartimos que lo que nos separa. 

13- Merece la pena vivir conmigo. Puedo darte tantas satisfacciones como otras personas, aunque no sean las mismas. Puede llegar un momento en tu vida en que yo, que tengo autismo, sea tu mayor y mejor compañía. 

14- No me agredas químicamente. Si te han dicho que tengo que tomar una medicación, procura que sea revisada periódicamente por el especialista. 

15- Ni mis padres ni yo tenemos la culpa de lo que me pasa. Tampoco la tienen los profesionales que me ayudan. No sirve de nada que os culpéis unos a otros. A veces, mis reacciones y conductas pueden ser difíciles de comprender o afrontar, pero no es por culpa de nadie. La idea de "culpa" no produce más que sufrimiento en relación con mi problema. 

16- No me pidas constantemente cosas por encima de lo que soy capaz de hacer. Pero pídeme lo que puedo hacer. Dame ayuda para ser más autónomo, para comprender mejor, pero no me des ayuda de más. 

17-  No tienes que cambiar completamente tu vida por el hecho de vivir con una persona con autismo. A mí no me sirve de nada que tú estés mal, que te encierres y te deprimas. Necesito estabilidad y bienestar emocional a mi alrededor para estar mejor. Piensa que tu pareja tampoco tiene culpa de lo que me pasa. 

18- Ayúdame con naturalidad y sin convertirlo en una obsesión. Para poder ayudarme tienes que tener tus propios momentos de descanso o dedicación a aquello que te gusta. Acércate a mí, no te vayas, pero no te sientas como si llevaras una pesada carga a tus espaldas. En mi vida he tenido momentos malos pero puedo estar cada vez mejor.

19- Acéptame como soy. No condiciones tu aceptación a que deje de tener autismo. Sé optimista sin hacerte "novelas". Mi situación normalmente mejora, aunque por ahora no tenga curación. 

20- Aunque me sea difícil comunicarme o no comprenda las sutilezas sociales, tengo incluso algunas ventajas en comparación con los que os decís "normales".
Me cuesta comunicarme, pero no suelo engañar. No comprendo las sutilezas sociales, pero tampoco participo de las dobles intenciones o los sentimientos peligrosos tan frecuentes en la vida social. Mi vida es satisfactoria si es simple, ordenada y tranquila. Si no se me pide constantemente y sólo aquello que más me cuesta. Tener autismo es un modo de ser, aunque no sea el normal. Mi vida con autismo puede ser tan feliz y satisfactoria como la tuya "normal".
En esas vidas, podemos llegar a encontrarnos y compartir muchas experiencias.


Dedicado a todos aquellos (familiares y profesionales) que a diario tratamos con algún niñ@ con TEA